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Robin Cole
Pennsylvania

 

No nací para ser famoso o millonario. Todo lo que tengo en el presente lo obtuve con intenso esfuerzo físico y mental. Cuando era un adolescente viviendo en Compton, California, decidí que me convertiría en jugador de fútbol americano profesional. Trabajé duro y obtuve una beca completa para la Universidad de Nuevo Méjico, donde me convertí en un All-American (jugador escogido como el mejor de todas las regiones de los Estados Unidos para jugar en un seleccionado). En 1977, era el mejor jugador amateur seleccionado del campeón del Super Bowl Pittsburgh Steelers. Jugué durante 12 años como línea de defensa all-pro.

Como resultado de las lesiones en el fútbol, debí someterme a seis operaciones, incluyendo una reconstrucción total de un hombro. Esa operación significó seis meses de intensa rehabilitación. La rehabilitación no me preocupaba, porque durante toda la vida me planteé metas a seguir y he sido disciplinado en lo que respecta a mi cuerpo. Luego de cada operación mi recuperación dependía de mi disciplina y ética de trabajo. Ningún problema…trabajé duro y alcancé los resultados deseados. Me he acostumbrado a pensar que puedo superar todos mis problemas con concentración y tenacidad.

En 2004, a los 49 años, descubrieron que había algo que no podía solucionar yendo al gimnasio: tenía cáncer de próstata. El diagnóstico de cáncer de próstata no causó un impacto total. Era el cuarto de ocho hermanos en recibir ese diagnóstico. Mi hermano también me dijo que mi padre y su hermano mellizo habían fallecido de cáncer de próstata. Siempre había creído que mi padre había fallecido, a los 49 años, de cáncer de pulmón. Me enteré que el cáncer comenzó en la próstata. En ese entonces no sabía que el cáncer de próstata no solamente es el cáncer más frecuente en los hombres, sino que a su vez es más frecuente en los hombres de raza negra.

Mi esposa, enfermera de sala de operaciones, me había recordado que me hiciera un examen médico, que incluyera PSA, todos los años después de los 40. En el 2003, mi PSA era de 2 ng/ml y no era causa de preocupación. Un año después, se había elevado a 3 ng/ml y tomé conocimiento de mi historia familiar. Mi médico estuvo inmediatamente de acuerdo de que viera a un urólogo. Lo hice y me sometí a una biopsia de ultrasonido. Los resultados no fueron sorprendentes pero sí devastadores: cáncer grado 7 en el sistema Gleason.

Mi esposa comenzó inmediatamente a buscar diferentes opciones para el tratamiento. Como enfermera de sala de operaciones había asistido en numerosas operaciones de prostatectomía radical abierta. Me dijo que era difícil para un cirujano ver la anatomía quirúrgica debido a la ubicación de la próstata, el considerable sangrado y la imposibilidad de ver los fascículos nerviosos que controlan la función eréctil. Se propuso buscar una mejor opción para mí.

Mi esposa consideró numerosas clases de tratamiento: radiación, braquiterapia, criocirugía y cirugía. Sin embargo, considerando mi relativa juventud, consideramos que lo mejor sería extraer la próstata; el urólogo estuvo de acuerdo. Analizamos las distintas posibilidades para realizar la prostatectomía aquí, pero supimos que los cirujanos solían ser distantes y poco solidarios. Nuestra búsqueda de experiencia y apoyo nos llevó a Krongrad Urology en Miami . Llamé a su consultorio y mi esposa envió un correo electrónico. Increíblemente en 15 minutos Dr. Krongrad ¡devolvió mi llamado y respondió el mensaje! Hablando de apoyo…No nos llevó mucho tiempo darnos cuenta de que habíamos tomado una decisión.

Al día siguiente, mi esposa llamó al consultorio y habló con Ruth, quién coordinó la fecha de la cirugía, respondió nuestras preguntas y nos ayudó a buscar alojamiento. Volamos de Pittsburgh a Miami, nos registramos en el hotel, y fuimos a conocer al Dr Krongrad. Explicó paso a paso lo que sucedería y nos tranquilizó. Puedo ser muy duro en el campo de juego, pero a la hora de ir al médico la cosa cambia. Fue muy importante que la enfermera Linda, estuviera siempre conmigo.

Me registré en el hospital a las 6 de la mañana y a las 11 de la mañana ya estaba en la sala de recuperación, totalmente despierto. Esperaba estar sufriendo y vomitando, como había sucedido en mis anteriores operaciones ortopédicas. Por el contrario, ¡me sentía muy bien! Tenía cinco pequeños parches curita y un catéter. No sufrí dolor alguno y nunca tomé ni un Tylenol. Luego supe que mi experiencia era lo usual en una LRP realizada por Krongrad. La vía intravenosa fue removida y comencé a ingerir líquidos. A las 5 de la tarde luego de mi LRP, estaba caminando por el pasillo. Fui dado de alta a la mañana siguiente después de que el médico vino y me comunicó que el cáncer estaba limitado a ese órgano y que no se indicaría ningún tratamiento posterior.

Todo fue perfecto, desde la admisión hasta el alta, la habitación privada, el cuidado de las enfermeras, hasta la vista del océano desde la habitación. Incluso se le permitió a Linda pasar la noche en un cómodo asiento reclinable en mi habitación.

La noche posterior a la operación, mi esposa y yo salimos a cenar y caminamos por el Aventura Mall. Al día siguiente, fuimos al consultorio del Dr. Krongrad para un chequeo rápido. Se me dijo que realizara un nuevo chequeo de mi PSA a los tres meses.

Han pasado tres meses desde la operación, y acabo de obtener mi primer resultado de PSA: ¡un perfecto 0 ng/ml! Durante las semanas posteriores a la operación, el Dr. Krongrad se ha mantenido en contacto con nosotros, lo que a mi esposa le parece increíble. Fue la primera vez que no pude hacer nada para mejorar mi recuperación. Tuve que confiar totalmente en la habilidad y experiencia de mi cirujano.

En mi humilde opinión, no hay mejor cirujano, medico, y ser humano que el Dr. Krongrad. Me brindó su apoyo en momentos realmente difíciles y nos guió a mi esposa y a mí a través de este proceso de la forma más sencilla, compasiva y profesional que uno podría pedir. También sentimos un especial reconocimiento por Ruth y Hope, son las mejores.

Esta semana me enteré que otro de mis hermanos se va a someter a una biopsia. Ya ha decidido que será el Dr. Krongrad quien realizará su LRP. Él y su esposa viven en Los Ángeles, pero saben que el mejor cirujano de cáncer de próstata está en Miami.

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